De pata de perro por unas horas
Andaba por la calle, disfrutando de la ciudad mientras buscaba un libro en el centro, y vinieron a mi mente aquellos de los míos que hoy ya no caminan por este nuestro México. Algunos por que ya están en la patria celestial y otros por que están en la patria del tío Sam. Otros en Canadá y unos más en el interior de la república.
El metro, las calles, los edificios, la gente...
¿A poco no lo extrañas ni un poquito?
[Desde: El metro]
El metro, las calles, los edificios, la gente...
¿A poco no lo extrañas ni un poquito?
[Desde: El metro]
Comentarios
El México que se me fue dejó de existir hace quince años. Insistir en la melancolía de un recuerdo a medias es como la necedad de querer calzar los zapatos favoritos de la niñez ya de viejo.
Los recuerdos de mi México le caben a la ciudad actual como pétalos a un jadrín sin flores. Son piezas de un rompecabezas incompleto; son el otro calcetín misteriosamente ausente de la secadora.
D
Y por cierto, el problema no es el calcetín faltante, sino el chon sobrante. Hay que lavar en casa y a mano, ja.